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lunes, 20 de febrero de 2017

¡Bloodbowl!


¡Güenas!

No suelo hablar de las actividades de mi club, la Marca D'Egara en Les Fonts (Terrassa), pero este mes nos ha dado por darle salida al Bloodbowl que compró uno de nuestros compañeros.

Siempre he sido reticente a él, es un juego que al fin y al cabo tiene un importante factor de suerte ya que requiere un gran número de tiradas y, al primer fallo, tu turno termina dejándote a medias y a veces: vendido.

A su vez todo lo anterior implica que es muy estratégico: Has de pensar bien tus movimientos y jugadas, valorar los riesgos y actuar en consecuencia.

Deberíamos sumar también la variedad de equipos, ya que cada raza y facciones de las mismas plantean distintas dificultades y enfoques al propio juego, y una interesante variedad de habilidades que nos permiten personalizar al gusto a nuestro equipo.

Si algo caracteriza Bloodbowl es todo lo que vemos aquí: Caos y sangre ¡¿Qué está pasando, y el balón?!
Para aprender a jugar y probar los equipos empleamos el noble arte del 'proxy'. Aquí los Trituradestinos de Avatars of War se han convertido en Defensas, por ejemplo.
Sobre Bloodbowl en si no quiero profundizar demasiado, creo que la historia de la evolución del propio juego es de sobra conocido: Como fue abandonado por su empresa y los fans lo mantuvieron con vida (Del mismo modo que nuestros compañeros de Reforged lo están haciendo con Warhammer Fantasy tras el mismo suceso) gozando de una grata buena salud a lo largos de los años. 

Aquí en Barcelona resulta muy fácil buscar entrenadores con los que echar algunos amistosos o organizar ligas, y no viene de la nueva caja de Games Workshop.

Sólo aprovecharé para destacar el hecho curioso de que, oficialmente, Bloodbowl como deporte está integrado en la historia del Viejo Mundo, por inverosímil que nos pueda parecer, con sus equipos ambulantes y sus estadios fijos, con la masa de hinchas siguiendo su deporte favorito.

Evidentemente esto Warhammer Fantasy en si no lo contempla, pero ahí está dicho. Enlazo a la Biblioteca del Viejo Mundo por si alguien quiere repasarse un poco la historia de Bloodbowl y demás curiosidades.

La misma escena con la patada final ¡Ahí está el balón! ¿Qué toca ahora? Abrirse paso hasta él y marcar. Unos lo hacen con agilidad y gracia, y otros como este pobre entrenador enano como si fuera una auténtica batalla de Warhammer.


Se nos fue la luz (¡Por primera vez en años!), aunque no marcó el final de amistoso. Encendimos los focos y nos apañamos en la oscuridad. (Entiéndase foco por linterna de móvil, claro.)

En regional B también se juega, en este caso con una doble proxy mientras ambos entrenadores terminan de decidirse por un equipo u otro.

Ambos valientes dedicaron buena parte del encuentro en preparar sobre uno de nuestros tableros de madera los cuadrantes de otro campo para jugar sin necesidad de otro tapete.
Mi alma enana no me permite jugar otro equipo que más barbudos, con un estilo de juego sencillo y muy marcado: Somos lentos, somos duros. Ha habido una tónica general en todos los partidos que he jugado: ¡Ostias! 

No somos cobardes elfos que con un par de saltitos afeminados se zafan y echan a correr dejando atrás a sus rivales. No. Somos tipos duros y decididos cuya cabezonería no entiende que pueden rodear al jugador rival ¡Pasaremos sobre él! Más vale que se aparten, o les apartaremos.

Más diáfano no puede ser ¿no?

Concluiré con unas imágenes del último día, en este caso jugué contra Saurios. Pronto descubrimos que, efectivamente, Bloodbowl puede ser más una batalla que un partido.

Un nuevo y soleado día, donde los orcos hacen de saurios y los eslizones... ¡Hacen de eslizones! 

Y en el campo de las élites, que veíamos de fondo en la anterior imagen, otro partido protagonizado por el equipo skaven "Skaven sus tumbas". Su dueño está avergonzantemente orgulloso del nombre.

Tras la patada los enanos recogen el balón... ¿Y cómo planean marcar? ¡Rodeando al portador y abriéndose paso como un ariete entre los saurios! Dando paso a dos turnos salvajes de puramente combate y sangre en el campo, de tierra en este caso.

Un gran plan que se vería truncado cuando el corredor enano, ya desmarcado, tropezó en su sobresfuerzo intentando poner distancia con los saurios.
Tal como se desarrolla el partido ¿No parece un campo de batalla? Los enanos avanzan practicamente en formación, casi parece una partida de Age of Sigmar. Lamentablemente los enanos no llegarían a recuperar el balón y un escurridizo eslizón conseguiría zafarse y marcar, ágil y veloz.

Adyacentes a nosotros, dos compañeros más juegan su propio partido. Una vista aérea para ver la distribución en el campo, prácticamente tras el primer turno y ya con el balón en juego.
Pasan los turnos y los minutos, y el banquillo y la enfermería de los skaven se fue llenando. El resto no estaríamos exentos de bajas, pero nadie sufrió tanto como las ratas.
Una vista más lateral, tras recibir un tanto. Tras la nueva patada, los skaven consiguen superar la linea defensiva y el héroe de la peana amarilla de la esquina derecha de la imagen, que lleva el balón, se vio rodeado por tres orcos. Los evitó marcándose la heroicidad del día y empató el marcador.

Hasta aquí esta suerte de galería y compendio de este juego. No he querido ponerme técnico, ni mostrar las bandas ni los partidos en si más allá de cuatro retazos: Al fin y al cabo fueron amistosos y pruebas, con miniaturas que no corresponden a las reales.

En conclusión fueron unas tardes divertidas con un juego que sorprende, es ágil y fácil de aprender y muy difícil de dominar, con muchas variantes y unos partidos muy cambiantes entre si, ninguna parte es igual y la diosa fortuna puede llegar a ser cruel con quien ella crea que lo merezca.

Hasta la próxima, un saludo;
El'Val.

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