Los Ingenios son, en resumidas cuentas, vehículos y maquinaria unidos a un Demonio, lo que les otorga, además de un poder enorme, voluntad propia. La diferencia entre la posesión de un humano y un Ingenio Demoníaco radica en que, mientras a los primeros son por propia iniciativa del Demonio, un Ingenio Demoníaco se crea por medio de una serie de rituales dirigidos por los Herreros de la Disformidad que obligan al Demonio a atarse al aparato, lo que los convierte en coléricas armas de matar.
Así, potenciados por la furia de la Disformidad, estas armas son capaces de arrasar con ejércitos enteros, mientras que pueden recibir una cantidad exagerada de daño. No solo existen Ingenios de origen humano, pues la propia Disformidad puede producir algunas de estas máquinas, surgidas de la Forja de Almas, un reino independiente de los Dioses del Caos, al cual ninguno de los cuatro puede someter, y al que deben ofrecer pagos por sus máquinas. Los más famosos de estos seres son los Aplastadores de Almas, fruto de la unión de un Demonio y tecnología de fuera de la Disformidad.
La existencia de los Ingenios en el trasfondo es casi tan vieja como la de los propios Marines del Caos. Una de las primeras evidencias que podemos encontrar podemos datarla en el libro Tormenta de Hierro de Graham McNeill. En este, los Guerreros de Hierro utilizan unas baterías de cañones poseídos por Demonios, con los que fueron capaces de hacer pedazos una fortaleza imperial, y por los que el Imperio tuvo que sacrificar un buen número de vidas para poder destruirlos. Actualmente, todavía hay nuevos Ingenios como el Dragón Infernal o los Diablos de la Forja. Entre ambas épocas, hemos tenido una gran cantidad de vehículos demoníacos, desde enormes criaturas de Epic, como el Señor de los Cráneos (adaptado hace poco a Apocalipsis), y criaturas menores como los Profanadores, una de las vistas más comunes durante mucho tiempo en los ejércitos del Caos.
Incluso los Titanes más grandes pueden ser corrompidos, como el Dies Irae, Titán famoso durante la Herejía de Horus, que 10.000 años después se ha convertido en una máquina más Demonio que metal.
En mesa, la última edición nos permite utilizar unos cuantos Ingenios. Además, las reglas de Demonios les otorgan una representación en mesa mucho más ajustada al trasfondo. Aparte, son maravillosos para conversionar. ¿Te apetece crear un Rhino con un Desangrador fusionado al fuselaje? ¿O una masa informe de carne y metal retorcidos? Puedes hacerlo, pues la naturaleza de la Disformidad es cambiante y toma muchas formas.
El Rhino de Miguel de nuestro club tiene un príncipe demonio saliendo por la escotilla superior, la grande de atrás xd
ResponderEliminarGran entrada Skar!!!
ResponderEliminarAlegra leerte de vuelta